La pluralidad en los modos de aprender: la creatividad como cualidad pregnante del aprendizaje.

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Lic. Analía L. Mayorga.

Curiosidad / Observación de detalles singulares y puntuales / descripciones y narrativas articuladas en un lenguaje capaz de nombrar su mundo y el mundo de que lo rodea…

Estas son algunas de las características más recurrentes en los modos de aprender de muchos de los niños que he evaluado en mi tarea profesional: niños que muestran una hiperconectividad, avidez por conocer y saber. Son curiosos, aunque se quejan de aburrimiento. Monopólicos en sus intereses por algunos temas a los que dejan después de haberlos exprimidos. Niños con experiencias educativas intensas sea por la hostilidad que han recibido o por la indiferencia como cualidad que signa el lugar otorgado.

Desde entonces lecturas, congresos, seminarios para la profundización en algunas aristas de la temática han formado parte de mi agenda de capacitación y formación que encontró planteos teóricos de muy diversos paradigmas y que estarán planteados a lo largo de este escrito.

Dudas, preguntas, perplejidades y angustias se entremezclan en la consulta que cada   familia realiza.  Describen a sus hijos como inteligentes, creativos, con talentos específicos que se les reconocen no sin asombro. A algunos les va bien en “el cole”. A otros no tanto. Algunos, con elegancia son excluidos de las instituciones escolares. Otros soportan las clases día tras día y encuentran el oxígeno en los talleres extraescolares a los que concurren. A otras familias les preocupa la hipersensibilidad y los muchos desafíos socioemocionales tanto con el mundo adulto como con sus pares.

En el trabajo psíquico que requiere la construcción de la subjetividad, la problemática de la alteridad resuena una y otra vez. ¿Quién es el par?  ¿Puede haber disincronías o desfasajes marcados, que hagan dificultoso pensar en un par con quien referenciarse en la construcción de la identidad? La cuestión de lo socioemocional aparece como el punto más álgido en una modalidad de aprendizaje que puede deslumbrar a primera vista.

Ni genios ni prodigios

Las palabras nunca son transparentes. Las representaciones que tenemos sobre los acontecimientos no son neutras. Tienen su genealogía y sus efectos en la forma en que pensamos el mundo y nos relacionamos con los demás.

Cuando se alude a los estudiantes con necesidades educativas especiales se piensa frecuentemente en dificultades de aprendizajes ligadas a un déficit, a una carencia o la falta de algunas competencias para la construcción del conocimiento. Referirnos a la diversidad, suele tener un apego especial a la noción de discapacidad.

Atender a la diversidad significa pensar, también, en los sujetos con estas capacidades en el modo de aprender. Características   que aluden a posibilidades, talentos simples o complejos en diferentes áreas por encima de la media de su edad.

La creatividad. Un desafío para unos y para otros

Me refiero a los unos y los otros pensando en los sujetos con quienes trabajamos y también en nosotros mismos como profesionales.

Le atribuyen a Einstein la idea de plantear a la creatividad como la inteligencia   divirtiéndose. Una definición simpática. Parece simple. Claro, que tendremos que vérnosla con las complejidades de la simplicidad… 

Repasemos una analogía que plantea al trabajo psi con el de los mineros. Al igual que ellos, buscamos tesoros en territorios profundos pero la diferencia, es que lo hacemos sin casco para poder estar permeables a todo y dejar flotar la atención. Apasionamiento y cierta insalubridad: binomio presente en el trabajo clínico con un borde que hay que advertir, pensar y trazar en forma continua.

La creatividad no solo implica producción, sino que se pone en juego en la calidad de la observación e interrogación de la que seamos capaces. Desarrollos conceptuales clásicos postulan que el pensamiento divergente encuentra como componentes la sensibilidad, la fluidez, la flexibilidad y la originalidad, entre otras cualidades.

Los enfoques, desde los que se ha estudiado la creatividad, han puesto el énfasis en tanto producto, otros en el proceso, o en las cualidades de las personas, otros en las condiciones del entorno, y últimamente en la integración de estas dimensiones. Esto no es sin relación con las implicancias metodológicas y las tareas específicas que se construyan.  Los psicopedagogos, desde nuestra intervención educativa / terapéutica, otorgamos formas de simbolización significativas que desanuden las simbolizaciones espurias, que no han logrado insertarse en la cadena psíquica y romper con la compulsión a la repetición. El mundo busca en nosotros el espacio donde recibirlo. El mundo nos obliga a habitarlo, pero el modo en que le damos lugar al mundo en nosotros es tarea que corre por cuenta nuestra. Una vez más la cualidad de lo singular insistiendo.

La simbolización urde la trama de la edificación de la subjetividad, de la humanización.

El universo emocional

El universo emocional se arma y se muestra como una constelación de afectos, lazos, palabras, risas y lágrimas. Ideales, valores, olvidos y memoria.Sueños y frustraciones. Posibilidades, disponibilidades, reconocimientos y expectativas. Un universo hecho en el tiempo y de historias compartidas.

Los niños que cuentan con este modo de aprender son muy vulnerables al stress emocional. Los riesgos psicosociales están allí, latentes si no cuentan con los apoyos terapéuticos y educativos adecuados.

Los posicionamientos subjetivos, los modos de asumir estilos de aprendizajes son tan variados como singulares. Se advierte cierta recurrencia que van desde sentirse culpables por sobresalir y se diluyan en el anonimato, adoptando una posición delicada de invisibilización o bien pueden posicionarse en el lugar de sobreestimación sobre sus propias capacidades, y es cuando los vínculos con sus compañeros y maestros se entorpece: intimidando, desafiando y destituyendo al otro como sujeto de saber. Se los cualifica como soberbios, engreídos y pedantes. 

Cuando el adulto rivaliza, y encuentra en la burla y/o el sarcasmo como la única respuesta posible, el sufrimiento psíquico se potencia y se aloja estigmatizando la modalidad vincular.

Cada vez que a estos niños, se los coloca en una posición de rareza o espectáculo, no solo es devastador desde el plano de su subjetividad, quedando en la categoría de fenómeno que asusta o divierte, sino que la excepcionalidad no genera políticas ni de educativas ni de salud. La improvisación, la opinión y un derrotero de marchas y contramarchas se tropiezan frente a la ausencia de programas y proyectos institucionales.

Respuestas y abordajes

La estructuración de la psique se relaciona no solo con las funciones parentales sino que habría un tercer organizador del espacio al que el yo puede advenir: el espacio social.

Como psicopedagogos, tenemos la responsabilidad subjetiva de interrogarnos respecto de nuestra intervención profesional, en tanto interversión alternativa y creativa ,  no solo porque planteamos y construimos  dispositivos de abordaje  singulares para cada paciente, grupo o institución, sino porque la cuestión de la simbolización está ligada a la problemática del aprendizaje y es importante que la propia intervención psicopedagógica dinamice la oferta simbólica, promoviendo el despliegue  de  su producción  creando y/o  restituyendo espacios de subjetivación .   El aprendizaje, como búsqueda y encuentro de sentido, nos interpela, en su complejidad como condición de posibilidad, a pensar en nuestra propia representación simbólica de la realidad y en la heterogeneidad de nuestros procesos de pensamientos. 

La tarea que nos aguarda es instalar esta problemática como una discusión sostenida en nuestra agenda de investigación y formación. Así que los profesionales tendremos que estar atentos e imaginativos. Atentos a lo que apuntala y contribuye a sostener la creatividad. Atentos para lo que hay que dar y a lo que hay que negar.

Presentes y disponibles. Repasando una biografía de Claude Debussy, encontramos que está llena de peripecias amargas y caóticas. Pero embarcado en un camino de pasión y voluntad de existir, el apetito de la vida fue su motor.  Y contó con algunas presencias claves como la Señora Mautéque le daba clases de piano gratuitamente cuando nadie apostaba por él y el profesor Marmontel del Conservatorio, severo, crítico y muy presente que veían al autor de tanta belleza. Pronto sería Debussy el de Claro de luna, Preludio a la siesta del Fauno, El mar, los arabesques

 Visibilizar estos modos de aprender a través de la investigación en nuestras aulas, en nuestras escuelas y acompañando a los niños en su modo de conocer el mundo, a sus familias y a los educadores. Se trata de trabajar a favor de una oportunidad para que los aprendizajes logren un enriquecimiento simbólico convencidos de que la subjetividad es constitutiva de los procesos de aprendizaje.

Sobre la autora…

Analía L. Mayorga
Lic. en Psicopedagogia. Dedicada a la formación y atención de niños con altas capacidades.
Escritora invitada para CIVIT Ideas.