Por Marina Martín, Directora del Centro CATYDA. Estudiante de doctorado de la Universidad de Sevilla, España.
Si preguntáramos a profesionales de la educación sobre qué son las Altas Capacidades (en adelante, AACC) es muy probable que en su mayoría actualmente conozcan la respuesta, de forma más o menos aplicada o teórica. ¿Cómo se interviene?, posiblemente las respuestas sean dudas y conceptos e ideas generales. A pesar de todo ello, avances, pasos cortos y seguros en la visibilidad de las AACC. Futuros adultos que comienzan a entender las AACC desde su infancia.
¿Pero, qué ocurre con los adultos con AACC?
La realidad de las AACC no es reciente, aunque su mayor visibilidad sí lo es. Más allá de normativas o leyes educativas, siempre existieron los alumnos con AACC, niño/as que ahora son adultos.
Estos adultos no “eran niño/as con AACC”, “son adultos con AACC”. Aunque parece sencillo, no siempre es tan fácil de comprender, más aún para los adultos que se educaron décadas atrás.
Años en los que las AACC exclusivamente se vinculaba al ámbito académico, desvinculado del sistema, dejas de serlo. Años en los que un fracaso escolar era incoherente con tu propia etiqueta, por lo que suponía un conflicto de tu propia identidad. Años en los que se llevaron a cabo medidas y estrategias educativas sin considerar la propia diversidad del alumno/a con AACC. Años en los que se ha ocultado a otros compañeros de forma deliberada tu etiqueta, para evitar prejuicios o comentarios negativos.
Aquellos niño/as que décadas atrás fueron etiquetados de “AACC”, ahora son adultos que comienzan a reconocer y comprender por qué son diferentes. Adultos que no fueron etiquetados de “AACC”, tras el diagnóstico comienzan a entender su realidad.
Los adultos con AACC
Si comprendemos las AACC más allá del CI, con su variabilidad y singularidad, comenzaremos a entender a los adultos con AACC.
Buscando en internet podéis conocer leer las características del adulto con AACC; inteligencia, creatividad, perfeccionismo, etc. Pero, ¿qué más hay?, más allá del CI y el ámbito académico hay un sinfín de características, tan propias de las AACC como de la variabilidad del ser humano.
Divulgar, escribir, explicar… para poder comprender y entenderse uno/a mismo/a, resolviendo muchos de los conflictos de la infancia.
La visibilidad de las AACC
Debido a la connotación negativa del alumno/a con AACC de “empollón” y “sabelotodo” y de la intención de integrarse en el grupo, el adulto/niño/a con AACC aprende a pasar desapercibido.
Todas las personas, especialmente en la infancia y adolescencia tienden a querer ser similares al grupo de referencia, tener AACC les hace diferentes, una diferencia que si no es explicada y comprendida en las primeras etapas suponen un conflicto e importantes desajustes en el desarrollo.
El adulto con AACC puede intentar ser invisible durante años; esperar que otro compañero conteste a la pregunta, intentar no hacer varias cosas a la vez, controlar su sentimiento de la justicia…, a pesar de no poder desarrollar todo su potencial. Puede intentarse, pero, ¿qué ocurre con el niño/a, ahora adulto, que tuvo una aceleración de curso?
Quizás, si eres un adulto con AACC y adelantaste algún curso escuchaste alguna vez; ¿qué edad tienes? ¿y en qué curso estás? ¡no me cuadra!, y en los próximos minutos tener que dar una mínima explicación. Y lo peor de todo, avergonzarte de esa mínima argumentación, ¿por qué?.
El adulto con AACC y la aceptación
Más allá de puntuaciones baremadas, el cerebro de una persona con AACC es diferente, y su variabilidad es única.
Más allá de la inteligencia está la velocidad de procesar información y encontrar soluciones de forma rápida y eficaz. Más allá del perfeccionismo están la motivación y el sentimiento de luchar por lo que se considera justo. Más allá de las emociones simples, están las emociones complejas, que además, se viven de forma intensa. Además de las posibles dificultades en las relaciones sociales, hipersensibilidad, etc.
Cada persona tiene un valor infinito, tanto como se valore a sí mismo/a. Nunca es tarde para conocerse y entender muchos de los comportamientos, pensamientos o ideas que te hacen sentir diferente.
Cuando se acepta, entiende y comprende la diferencia, y al mismo tiempo, las similitudes, llegas a comprender tu universo de posibilidades.
Eres diferente, pero también eres especial y único/a.
No eras un niño/a con AACC, eres un adulto con AACC,
¿Quieres conocerte?
Soy Licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla (US). Máster General Sanitaria. Estudiante de doctorado por la US. Especialización en alumnado con TDAH. Desde hace años, experiencia con personas con TDAH y otras comorbilidades en el tejido asociativo. Actualmente, dirijo mi propio centro multidisciplinar especializado en TDAH, (Centro CATYDA). Personalmente, soy AACC, con atención educativa desde la infancia. Puedes conocer más sobre mí en Facebook (Marina Martín Psicóloga).